
Por Catalina Mejia-Bonilla, DVM, Autoridad de Productos Lácteos
La tecnología se ha convertido en una herramienta valiosa en las granjas lecheras. Desde ordeñadores robóticos hasta sistemas de alimentación automatizados, pasando por controladores inteligentes que gestionan el entorno de las vacas y sistemas que supervisan a las vacas por dentro y por fuera, la tecnología se puede aplicar en casi cualquier lugar de la lechería. Cómo y si se usa depende de cada granja individual.
Un área en la que recomendamos el uso de la tecnología es el monitoreo de vacas frescas. Las vacas frescas se encuentran en un punto crítico de su ciclo de producción. Durante ese primer mes de lactancia, las vacas experimentan cambios metabólicos significativos y sufren una supresión inmunológica al mismo tiempo que aumentan la producción de leche. Esto las hace muy vulnerables a los problemas de salud que pueden afectar negativamente a su éxito en la lactancia e incluso a la longevidad de su rebaño.
Por eso es tan importante el monitoreo constante de las vacas frescas. Los exámenes físicos diarios solían ser la forma principal de evaluar la salud de las vacas frescas. Esos programas eran exhaustivos y eficaces, pero requerían una gran cantidad de trabajo y alteraban mucho las rutinas de las vacas.
Pero ahora, tecnologías como los collares portátiles para vacas proporcionan datos en tiempo real sobre la actividad de las vacas, el tiempo de rumia, la temperatura y más. Mediante un monitoreo continuo, los productores, el personal de las granjas y los veterinarios pueden detectar los primeros signos de la enfermedad antes de que los síntomas clínicos se agraven. Esto ayuda a reducir los costos del tratamiento y a mejorar los resultados de recuperación, y toda la información se puede administrar de forma remota.
Las métricas más valiosas que proporcionan estos sistemas para el monitoreo de vacas frescas incluyen:
- Tiempo de rumia. Este es un indicador clave de la salud intestinal y general. Recuerde que una vaca es esencialmente un rumen con patas: si algo le pasa al rumen, la salud de la vaca corre peligro a menos que se intervenga a tiempo.
- Niveles de actividad. El cambio en el nivel de actividad de una vaca es útil para identificar las desviaciones del comportamiento normal. La falta de actividad puede indicar que la vaca está enferma, mientras que la inquietud puede indicar que la vaca siente dolor o malestar.
- Temperatura. Algunos sistemas controlan la temperatura corporal, lo que ayuda a detectar la fiebre o la infección en forma temprana.
Si bien estas herramientas proporcionan datos y alertas en tiempo real, no reemplazan el valor de tener una visión entrenada de la vaca. Las alertas nunca deben ser el único método para evaluar y diagnosticar a las vacas.
En cambio, las alertas, como la disminución del tiempo de reflexión o un aumento de la actividad, deben utilizarse para notificar al personal capacitado (productores, personal agrícola y veterinarios) que sepa cómo interpretar los datos y actuar en función de ellos. Luego, las observaciones visuales, los exámenes físicos y la evaluación de los signos clínicos se pueden utilizar para diagnosticar y tratar a las vacas. Este enfoque combinado ayuda a garantizar un diagnóstico preciso, un tratamiento oportuno y mejores resultados en las vacas.